
Bryan Adams se yergue solo con su guitarra acústica en el antiguo anfiteatro de Pompeya, donde Pink Floyd hizo historia. Sin banda, sin efectos, sin monitorización in-ear. Solo su voz, su guitarra, un piano y paredes de piedra que han transmitido el sonido durante más de dos milenios. Es la esencia pura de su música.
En la mesa de sonido, el ingeniero Stefan Holtz trabaja con una consola digital alquilada localmente: no hay equipos analógicos de lujo ni racks de procesamiento complejos a la vista. Pero este hombre, que ha mezclado a artistas alemanes de primer nivel como Die Toten Hosen y Westernhagen durante dos décadas (y a Die Ärzte en los últimos años), mantiene la calma. Su filosofía: todo empieza en la fuente.
“La gente quiere sentir como si Bryan estuviera frente a ellos sin micrófono”, explica Stefan, quien ha estado con Adams desde 2023, trabajando tanto en los conciertos de Bare Bones como en las giras completas de la banda. “En el momento en que escuchan la intervención de un ingeniero, la magia se va. La tecnología tiene que desaparecer”.
Entonces, ¿cómo se crea un sonido en vivo transparente que aún transmita la actuación de Bryan Adams con emoción e impacto?
El Arte de la Reducción
Bare Bones no es una gira convencional; se trata de un puñado de conciertos únicos y seleccionados. En 2025 solo hubo cinco o seis conciertos, entre ellos Roma en enero, las Islas Feroe, Islandia, Escocia y, finalmente, Pompeya en julio. Estos conciertos revelan algo íntimo: cómo Bryan Adams crea sus canciones, solo con su voz y guitarra, a veces con el piano. “Así es como escribe”, explica Stefan. “Quiere compartir ese momento creativo, crudo e íntimo, con el público”.
Para estas fechas tan selectas, el equipo se apoya deliberadamente en la producción local. “No traemos casi nada más que los micrófonos y dos guitarras”, dice Stefan. El piano de cola, la consola y el sistema de sonido se proporcionan in situ. ¿Suena arriesgado? No para él: “Consigue la fuente correcta y cualquier mesa de mezclas funcionará”.
Y en la fuente, al principio de la ruta de la señal, ha habido una constante durante décadas: los micrófonos Neumann.
Una voz y su armonía
La conexión sonora de Bryan Adams con Neumann.Berlin se remonta a décadas. En el estudio, el canadiense usó un M 49 hasta 1993, y luego cambió a un U 87. En el escenario, comenzó con un KMS 140, para luego cambiar a un KMS 104 modificado a medida.
A principios de 2025 llegó la siguiente evolución: el KMS 104 Plus. “Lo probamos, y Bryan, los de monitores y la mesa de sonido coincidieron de inmediato: es un gran avance”, recuerda Stefan. “El filtro cortavientos es más efectivo, se escuchan menos chasquidos y su sonoridad se adapta perfectamente a la voz de Bryan”.
Esas décadas de experiencia dan sus frutos en el escenario. “Bryan es uno con este micrófono», observa Stefan. “Se conoce el patrón cardioide de memoria, sabe instintivamente cuánto alejarse y cuándo girar la cabeza. Se ha convertido en su instrumento”.
Para los conciertos de Bare Bones, Adams elige deliberadamente cuñas clásicas supraurales en lugar de auriculares in-ears, una elección que crea intimidad y conexión, pero que también presenta sus propios desafíos técnicos. “No siempre es fácil en estos recintos acústicamente preciosos que respondan igual a las cuñas”, admite Stefan. Sin embargo, a pesar de su sencillo patrón cardioide (a diferencia de su hermano hipercardioide, el KMS 105), el KMS 104 Plus gestiona la realimentación de maravilla: “Bryan tiene un volumen impresionante, esa es nuestra ventaja. No me gustaría intentarlo con una voz delicada”, añade.
Precisión en los detalles
Para el piano de cola, Stefan utiliza cuatro sistemas MCM 114: un par ORTF cerca de los martillos para una mejor articulación y brillo, y dos MCM 114 adicionales en la caja de resonancia para una mayor calidez y cuerpo.
Más allá de su sonido natural y equilibrado y su patrón cardioide enfocado, las opciones de montaje del sistema MCM y su compatibilidad para giras son clave para Stefan: “Con MCM, eres realmente rápido. Pero lo que realmente me cautiva es su construcción modular con cuatro piezas separadas que puedo intercambiar de forma independiente. Si una cuña se moja, simplemente la reemplazo. Si falla un cable, lo reemplazo. No necesito un micrófono nuevo”.
Los soportes magnéticos facilitan la colocación en el piano, y su versatilidad no deja de impresionarle: “Con Die Ärzte ahora utilizo nueve MCM en la batería. El MCM 114 funciona de maravilla con todo: trombón, tuba, guitarra acústica, acordeón. Un solo micrófono para todo, y siempre suena perfecto”. A diferencia de muchos micrófonos de solapa, el sistema MCM impresiona por su carácter natural, libre de la típica aspereza de los medios altos.
La guitarra acústica de Adams se graba con un KM 185; su patrón hipercardioide rechaza con elegancia las cuñas y, junto con la pastilla integrada, logra el equilibrio perfecto entre inmediatez y detalle natural.
Capturando el momento
“Tocar en Pompeya y no grabarlo debería ser ilegal”, bromeó Stefan antes del concierto. Así que grabaron el concierto con el mismo cuidado que la mezcla en vivo. Para la ambientación, eligió unos pares de micrófonos de cañón KMR 81 y KM 185 a ambos lados del escenario. “Son un poco más neutrales que otras opciones”, explica. “Los aplausos suenan a aplausos, no a cebollas fritas”.
Una cabeza maniquí KU 100 frente al escenario capturó la experiencia binaural. En conciertos más grandes con auriculares internos, el equipo de Adams también introduce esta señal en la mezcla de monitorización, pero tiene otra función: para Adams, es una referencia invaluable que le permite escuchar el concierto más tarde desde el asiento de un oyente.
Cerrando el círculo
Siempre que puede, Stefan extiende su confianza en la tecnología Neumann a sus monitores. Antes de los tres conciertos en 2024 en el Royal Albert Hall de Londres, trabajó con un sistema completo de altavoces KH de Neumann. Aunque no puede igualar los niveles de presión sonora de una PA de concierto, se traduce de forma convincente: “Con el gran combo KH 420 y el subwoofer KH 870, se obtiene una experiencia increíblemente cercana a la del directo, manteniendo una resolución increíble”.
Este compromiso constante con la tecnología Neumann para los componentes críticos de la cadena de señal le da a Stefan una confianza inquebrantable: “Me quita mucho estrés porque puedo confiar en mis fuentes, sin importar qué consola se encienda o cómo esté configurado la PA; todas las variables que no siempre puedo controlar”.
Para Stefan Holtz, el círculo se cierra: si quieres que sea excelente, hazlo Neumann. Al recordar sus decisiones en Pompeya, su veredicto es simple: “¡Lo haríamos exactamente igual otra vez!”.